UN PASEO POR LOS CENÁCULOS FLORENTINOS.

     En el vasto muestrario de obras de arte que tiene la ciudad de Florencia llama la atención el elevado número de frescos y cuadros que llevan la Última cena como motivo fundamental. Sólo con su estudio detallado se puede hacer un recorrido transversal por la historia de la pintura florentina.

     Estos frescos o tablas que llevan como motivo central la Última cena solían decorar los refectorios de los conventos, donde comen los monjes o monjas, por lo que son conocidos también como cenáculos. En ocasiones el episodio de la última cena se acompañaba de otros episodios de la Pasión de Cristo. Durante la comida, uno de los monjes leía al resto de los monjes pasajes evangélicos u otros textos sagrados.

     La elaboración de estos cenáculos es un fenómeno netamente florentino y sin embargo el más conocido de todos ellos, aún pintado por un pintor florentino, se encuentra fuera de Florencia. Estamos hablando de la Última cena pintada por Leonardo da Vinci en el convento de Santa maria delle Grazie de MIlán. En ocasiones, pintores florentinos eran solicitados para pintar los cenáculos fuera de Florencia ( Pisa, Roma …).

     La gran difusión del tema de la Última cena en los cenáculos florentinos puede deberse a que su representación en paredes o tablas permite un uso destacado de la perspectiva, lo que daba una gran oportunidad a los pintores para su lucimiento.

     Aunque no siempre, el Evangelio más utilizado para la construcción de la escena era el de San Juan. En todos los cenáculos existía un grupo de actores principales, Jesús, San Juan Evangelista, San Pedro y Judas Iscariote, que son el centro de la acción. El resto de los Apóstoles son meros espectadores y su papel queda reducido casi siempre a servir de muestrario de diferentes expresiones: angustia, interrogación, sorpresa, disgusto, duda, etc.

     No es  mi intención  elaborar un inventario exhaustivo y detallado de todos los cenáculos que fueron pintados en Florencia entre el trecento y ottocento sino sólo mencionar y mostrar los más conocidos y de mayor valor artístico.

 

1- CENÁCULO DE LA SANTA CROCE.

      Fue pintado por Taddeo Gaddi para el refectorio del convento franciscano de la Santa Croce de Florencia en 1333. Es por lo tanto el único cenáculo del trecento y parece que fue el primero en pintarse en la ciudad de Florencia. Además de la Última cena, el fresco incluye un majestuoso árbol de la vida y a los lados cuatro escenas de la vida de Jesús y de San Francisco.

 

2- CENÁCULO DE SANTA APOLONIA.

Lo pintó alrededor de 1435 Andrea del Castagno y es por lo tanto el primer cenáculo del Renacimiento. Lleva en la parte superior, como solía ser habitual, una Crucifixión, una deposición en el sepulcro y una imagen de la Resurrección de Cristo. La perspectiva de la sala donde se desarrolla la escena es prodigiosa.

 

3 CENÁCULO DE LA ABADÍA DE PASSIGNANO.Es el primero de los tres que pintó Domenico Ghirlandaio. Fue pintado en 1476 en la Abadía de Passignano, en los alrededores de florencia. Ghirlandaio colocó a todos los Apóstoles en una única fila, excepto a judas al que colocó al otro lado de la mesa separado de todos. La pespectiva no está demasiado conseguida, las figuras están sobredimensionadas respecto al tamaño de la escena.

 

4- CENÁCULO DE OGNISSANTI.

También lo pintó Ghirlandaio, en 1480, en el refectorio de la iglesia florentina de Ognissanti. La ambientación arquitectónica es excelente. El joven San Juan aparece apenas despierto por las palabras de jesús. Judas aparece nuevamente separado del resto de personajes que ocupan la escena.

 

5- CENÁCULO DE SAN MARCOS.

Es el tercero de los cenáculos pintados por Ghirlandaio en Florencia. El de San Marcos fue pintado en 1482. Es una version muy parecida al que ya pinto en la iglesia de Ognissanti dos años antes. Como novedad Ghirlandaio introduce en la escena un gato, animal símbolo de la traicion, por lo que lo situa junto a judas.

 

6- CENÁCULO DE FULIGNO.

Aunque fue atribuido erróneamente a Rafael, este cenáculo fue pintado por su maestro Pietro Perugino en 1495 en el convento de las monjas terciarias franciscanas de San Onofrio. A Judas se le representa con el saco de monedas fruto de su traición mientras mira pensativo hacia el espectador. Como es habitual San Juan duerme placidamente y Jesús le deposita la mano sobre su hombro.

 

7- CENÁCULO DE SAN SALVI.

Andrea del Sarto lo pintó entre los años 1519 y 1527 en el convento de san Salvi de Florencia. Está inspirado en el que pinto Leonardo el la iglesia de Santa Maria delle Grazie de Milán, pero sin embargo los personajes , aunque gesticulan, no se están moviendo, permanece cada uno en su sitio. Se asemeja a una escena cotidiana, de genero, con unos personajes ajenos a la cena que se asoman por una ventana y charlan entre ellos despreocupadamente.

 

     Creo que, aunque no entre en mayores detalles, es conveniente citar al menos los restantes cenáculos florentinos, no tan conocidos como los anteriores y algunos de ellos en peor estado de conservación:

8- CENÁCULO DE SANTO SPIRITO. ( Orcagna, 1360-1365).

9- CENÁCULO DE SAN JERÓNIMO Y FRANCESCO ALLA COSTA ( Cosimo Roselli, 1487).

10_ CENÁCULO DI CANDELI. ( Giovanni Antonio Sogliani, 1510-1512).

11- CENÁCULO DELLA CALZA. ( Franciabigio, 1514).

12- CENÁCULO DE MONTEOLIVETO. ( Sodoma, 1515-1516).

13- CENÁCULO DEL PÓRTICO ( Alumno de Ghirlandaio, 1520 aprox.).

14- CENÁCULO DE MONTICELLI. ( Giovanni Stradano, 1572).

15- CENÁCULO DE STA MARÍA NOVELLA. ( Alessandro Allori, 1595-1600).

16- CENÁCULO DE MONTUGHI. ( Francesco Matti).

17- CENÁCULO DEL HOSPITAL BONIFACIO. (Francesco Boschi, 1619).

18- CENÁCULO DE SAN FELICE. ( Matteo Roselli, 1610-1620).

19- CENÁCULO DE STA MARÍA DEGLI ANGIOLINI. ( Matteo Roselli, 1631).

20- CENÁCULO DE SANT’ ONOFRIO DELLE CAPPUCCINE. ( Fabrizio Boschi, 1725).

 

                                                                                                        – FIN-